No lo escrivo yo pero lo promociono =)
Advertencia este fan fic tiene muuuuuuuuxo lemon!
XD!
ai les va! ^^
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Capítulo 1:
Un baño relajante [Itasasu]
- Espero que no olvides las responsabilidades que tienes para con tu clan en mi ausencia, Itachi - volvía a repetirme por enésima vez mi padre -. Durante mi misión, debes asistir a todas las reuniones y participar en todos los conflictos y decisiones en mi nombre y no quiero tener ninguna queja de nadie cuando vuelva, ¿me has oído?
- Sí, padre - le contesté inexpresivamente sin mirarle a la cara mientras caminaba a su lado -. No haces más que repetírmelo una y otra vez desde que vine de la misión de anbu...
- Por si acaso se te olvida.
- ...
Caminé en silencio junto a mi padre, dirigiéndonos al barrio del clan Uchiha. Yo estaba agotado, puesto que acababa de venir de una misión muy larga y lo primero que me había encontrado al salir del despacho del Hokage, tras entregarle el informe de la misma, fue la cara de perro antipático de mi progenitor esperándome en la puerta. Me había soltado la charla una y otra vez por el camino. Que si el clan Uchiha por aquí, que si el clan Uchiha por allá, que si mi responsabilidad... tonterías y estupideces de siempre que tenía que aguantar y que me estresaban más aún de lo que ya lo estaba por mi propio trabajo. Al menos, podría tener un poco de tranquilidad estando él fuera de misión, así que intenté soportar como pude aquellos agobiantes momentos para poder disfrutar de un poco de libertad en su ausencia.
La tarde estaba desapareciendo poco a poco mientras el sol se ocultaba de forma sutil en el horizonte cuando llegamos a casa. Mi padre saludó secamente a mi madre, como hacía siempre con todo el mundo, pero ella le dedicó una sonrisa que, en mi opinión, no se merecía (bueno, quitando el hecho de que le hubiese hecho dos niños tan monos como mi hermanito y yo pero vamos ¬¬). Luego, me sonrió a mí y me preguntó que tal la misión y si venía cansado. Mi padre se había ido a su habitación a preparar lo necesario para irse.
- Bien, solo quiero relajarme un rato - dije de la misma forma inexpresiva y me senté a la mesa del salón, cogiendo una galleta del plato que había en el centro de ella.
- Entonces te prepararé un baño antes de hacer la cena - me sonrió y se dirigió al cuarto de baño.
- ¿Sasuke sigue en la academia? - le pregunté de repente sin cambiar mi tono, tras comerme la galleta y cogiendo otra a continuación. Oí el agua fluyendo del grifo desde el salón.
- Hoy tenía prácticas de shuriken y seguramente se habrá quedado un ratito más, ya no tiene que tardar mucho en llegar - escuché la contestación de mi madre en el cuarto de baño. Una inexplicable sensación de alivio me envolvió.
Al cabo de un rato, mi madre volvía para decirme con su sonrisa que ya podía meterme en la bañera, así que me levanté y me dirigí pesadamente, tras un seco "gracias", al cuarto de baño. Por el pasillo, ví a mi padre dirigirse hacia el salón caminando frente a mí, los dos andando tranquilamente y sin ninguna prisa. Nos cruzamos un instante en silencio y seguimos nuestros respectivos caminos. Pude oírle decir mientras nos dábamos la espalda "No lo olvides" y mi ceño se frunció, me puso de mal humor recordar lo mismo de nuevo. El clan Uchiha.
Me desnudé, tirando las prendas al cesto de la ropa sucia con violencia, pagando mi cabreo con esos trozos de tela que no tenían culpa ninguna de la sangre que corría por mis venas. Me deshice de la goma que sujetaba mi pelo, apartándome los mechones de mi cara mientras entraba en la caliente estancia llena de vapor. Fui hasta la ducha y me coloqué bajo ella, sintiendo el agua sobre mí cuando abrí el grifo. Levanté la cabeza para poder notar el tibio líquido transparente rodando por mi cara. Aquello era tan agradable. Con mis ojos cerrados, intentaba olvidarme del mundo que cada vez me molestaba más y más a mi alrededor. Mi pelo se mojaba. El agua recorría mi espalda, bajando hasta llegar a mi firme trasero, siguiendo por mis piernas. La relajante sensación de humedad en mi cuello, en mi pecho, en mis abdominales, en mi entrepierna... De repente, una voz me sacó de mi intento de desaparecer del mundo y fundirme con el agua. Un "ya estoy en casa" con una vocecita animadamente infantil y jadeante. Una sonrisa de mis labios.
Cerré el grifo y comencé a enjabonarme mientras escuchaba lo que ocurría fuera del cuarto de baño. Sasuke saludaba a mi madre con efusividad. A mi padre no lo saludó con tanto entusiasmo. Escuché cómo se despedía casi inmediatamente después de las palabras de Sasuke y se iba. Me hervía la sangre nada mas que por aquella actitud. ¿Acaso no tienes dos hijos? ¿es que Sasuke es invisible para ti? El hecho de que siempre estuviese pendiente de mí y se olvidase de mi hermano me mataba por dentro. Sasuke siempre se esforzaba por tener contento a mi padre, pero parecía que nada era suficiente para él...
Una nueva sonrisa en mi cara. Mi hermano preguntaba por su nii-san. Una sensación de bienestar me inundó en un instante al oír la alegría en la voz de Sasuke cuando mi madre le dijo que ya había vuelto pero que no me molestase porque estaba muy cansado. Él asintió animadamente. Me enjuagué y entré en la bañera lentamente, notando el agradable calor del agua en la que me introducía, sin poder quitarme esa vocecita infantil de mi cabeza. Mi hermano podía llegar a muy molesto a veces (todos los hermanos pequeños lo son, habla la experiencia ¬¬U) pero siempre conseguía hacerme sentir bien en el mundo que me había tocado vivir y que cada vez podía soportar menos. Era un instante de paz en mi interior. Esos ojitos negros que me miraban con admiración y envidia. Quería aprender de mí para no ser como yo. Sasuke. Cuando quise darme cuenta, mi mano estaba en mi entrepierna... subiendo y bajando sin parar...
Hasta los genios de 13 años tienen necesidad de masturbarse alguna vez y mi cuerpo necesitaba tanto un momento de relajación absoluta que no me negué aquel gusto desde luego. Empecé a dejar de prestar atención a lo que ocurría fuera del cuarto baño. Me concentré solo en lo que tenía en aquel momento en la mano y en la mente. Presión. Contracciones. Respiraciones entrecortadas. Sasuke. ¿Cómo podía estar pensando en mi hermanito de 7 años mientras me tocaba la polla? Ni yo mismo podía responderme a esa pregunta que me había hecho tantas veces, puesto que, lo más preocupante es que no era la primera vez que lo hacía.
El simple pensamiento de aquella carita inocente excitaba. Su cuerpecito tan blanco y pequeño. Sus ojitos negros entrecerrados preguntándome en silencio "¿qué me haces, nii-san?" El ritmo de mi mano aumentaba. Mis ojos se cerraron por el placer que sentía cada vez más. Su cabello negro tan suave y bonito. Su vocecita de niño llamándome entre gemidos. Nii-san. Nii-san. Mi erección recibía más presión todavía por el frenético movimiento de mi mano. ¿Por qué? me preguntaba imaginando la cabecita de Sasuke hundida entre mis piernas, ¿por qué cada vez que hago esto me viene Sasuke a la cabeza? Su voz en mi cabeza. Nii-san. Nii-san...
- Nii-san, ¿puedo entrar? - abrí los ojos sorprendido y regresé al mundo real al oír la voz de mi hermano pequeño, que asomaba adorablemente la cabeza por la puerta del cuarto de baño.
- Sasuke...
- ¿Me dejas bañarme contigo? - me preguntó inocentemente con una linda carita que hizo que se me endureciera más la erección. Dudé. Pero una idea perversa e inconsciente pasó por mi cabeza...
- ¿Y mamá?
- Ha ido a hablar con una vecina y como sé que va a tardar... quería estar contigo - casi me lo comí por lo kawaii que se veía >///< -... pero tú nunca quieres estar conmigo... u_u
Sonreí sin darme cuenta y le hice un gesto con la mano para que se acercara a mí. Él, con una sonrisa se quitó la ropa, corriendo después hacia donde yo me encontraba (un niño de 7 años no iba a tener pudor ninguno con su hermano) y, haciendo el esfuerzo sobrehumano de no mirar su cuerpecito desnudo, le dí un golpecito en la frente como le hacía habitualmente sin que él lo pudiese esquivar. Se llevó una mano al lugar que le había golpeado y me miró como si estuviese enfadado... pero yo sabía que no lo estaba.
- Lávate antes de entrar en la bañera - le dije con tranquilidad.
- Hai - me sonrió.
Mientras Sasuke se enjabonaba, yo le miraba desde la bañera siguiendo con lo que estaba haciendo (y de lo cual, mi hermanito aún no se había percatado)... solo que ahora tenía el espectáculo en vivo. La blanca piel de Sasuke mojada, al igual que sus cabellos negros me llenaban de deseos de saltar sobre él y hacer realidad mis perversas fantasías. Pero tenía que aguantarme, aquello no estaba bien. Bastante sufrimiento le causaba ya a mi hermano como para provocarle encima un trauma por violación (nee, Itachi aún no se leyó el guión de la serie me parece a mí ^^U). Sin embargo, cuando Sasuke se disponía a entrar al baño conmigo, me miró la entrepierna y preguntó con curiosidad:
- Nii-san, ¿qué te ha pasado en el... ? Se te ha puesto grande y... de pie... - la inocencia de mi hermano me excitaban aún más.
- Eso es normal.
- ¿Normal? ¬¬
- Cuando juegas a algunas cosas, se pone así, es la forma que tiene tu cuerpo de decir que le gusta.
- ¿Un juego? - a Sasuke se le iluminó la mirada y entró al baño enseguida - ¿Cómo es? ¿Yo puedo jugar? - la excitación endurecía más mi miembro ante el interés de Sasuke.
Dudé un momento. No era lo mismo mirarle y pensar en él que enseñarle a masturbar a alguien. Solo tenia 7 años. Y era mi hermano pequeño. Quizás, esas cosas eran las que más morbo me daban de aquello... Mi madre había salido y estaba seguro de que tardaría bastante rato en volver (el marujeo de las madres con las vecinas). Mi padre estaba fuera de misión. Estábamos completamente solos en la casa. Tenía a mi pequeño e inocente Sasuke a mi disposición. Solo tenía que aprovecharme de su inocencia para cumplir mis deseos más ocultos y prohibidos. Un juego. Solo será un juego.
- Si quieres que te enseñe - le dije seriamente - vas a tener que prometerme que no se lo dirás a nadie, ni siquiera a mamá.
- ¿A nadie? - Sasuke estaba extrañado - ¿Por qué?
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Capítulo 1:
Un baño relajante [Itasasu]
- Espero que no olvides las responsabilidades que tienes para con tu clan en mi ausencia, Itachi - volvía a repetirme por enésima vez mi padre -. Durante mi misión, debes asistir a todas las reuniones y participar en todos los conflictos y decisiones en mi nombre y no quiero tener ninguna queja de nadie cuando vuelva, ¿me has oído?
- Sí, padre - le contesté inexpresivamente sin mirarle a la cara mientras caminaba a su lado -. No haces más que repetírmelo una y otra vez desde que vine de la misión de anbu...
- Por si acaso se te olvida.
- ...
Caminé en silencio junto a mi padre, dirigiéndonos al barrio del clan Uchiha. Yo estaba agotado, puesto que acababa de venir de una misión muy larga y lo primero que me había encontrado al salir del despacho del Hokage, tras entregarle el informe de la misma, fue la cara de perro antipático de mi progenitor esperándome en la puerta. Me había soltado la charla una y otra vez por el camino. Que si el clan Uchiha por aquí, que si el clan Uchiha por allá, que si mi responsabilidad... tonterías y estupideces de siempre que tenía que aguantar y que me estresaban más aún de lo que ya lo estaba por mi propio trabajo. Al menos, podría tener un poco de tranquilidad estando él fuera de misión, así que intenté soportar como pude aquellos agobiantes momentos para poder disfrutar de un poco de libertad en su ausencia.
La tarde estaba desapareciendo poco a poco mientras el sol se ocultaba de forma sutil en el horizonte cuando llegamos a casa. Mi padre saludó secamente a mi madre, como hacía siempre con todo el mundo, pero ella le dedicó una sonrisa que, en mi opinión, no se merecía (bueno, quitando el hecho de que le hubiese hecho dos niños tan monos como mi hermanito y yo pero vamos ¬¬). Luego, me sonrió a mí y me preguntó que tal la misión y si venía cansado. Mi padre se había ido a su habitación a preparar lo necesario para irse.
- Bien, solo quiero relajarme un rato - dije de la misma forma inexpresiva y me senté a la mesa del salón, cogiendo una galleta del plato que había en el centro de ella.
- Entonces te prepararé un baño antes de hacer la cena - me sonrió y se dirigió al cuarto de baño.
- ¿Sasuke sigue en la academia? - le pregunté de repente sin cambiar mi tono, tras comerme la galleta y cogiendo otra a continuación. Oí el agua fluyendo del grifo desde el salón.
- Hoy tenía prácticas de shuriken y seguramente se habrá quedado un ratito más, ya no tiene que tardar mucho en llegar - escuché la contestación de mi madre en el cuarto de baño. Una inexplicable sensación de alivio me envolvió.
Al cabo de un rato, mi madre volvía para decirme con su sonrisa que ya podía meterme en la bañera, así que me levanté y me dirigí pesadamente, tras un seco "gracias", al cuarto de baño. Por el pasillo, ví a mi padre dirigirse hacia el salón caminando frente a mí, los dos andando tranquilamente y sin ninguna prisa. Nos cruzamos un instante en silencio y seguimos nuestros respectivos caminos. Pude oírle decir mientras nos dábamos la espalda "No lo olvides" y mi ceño se frunció, me puso de mal humor recordar lo mismo de nuevo. El clan Uchiha.
Me desnudé, tirando las prendas al cesto de la ropa sucia con violencia, pagando mi cabreo con esos trozos de tela que no tenían culpa ninguna de la sangre que corría por mis venas. Me deshice de la goma que sujetaba mi pelo, apartándome los mechones de mi cara mientras entraba en la caliente estancia llena de vapor. Fui hasta la ducha y me coloqué bajo ella, sintiendo el agua sobre mí cuando abrí el grifo. Levanté la cabeza para poder notar el tibio líquido transparente rodando por mi cara. Aquello era tan agradable. Con mis ojos cerrados, intentaba olvidarme del mundo que cada vez me molestaba más y más a mi alrededor. Mi pelo se mojaba. El agua recorría mi espalda, bajando hasta llegar a mi firme trasero, siguiendo por mis piernas. La relajante sensación de humedad en mi cuello, en mi pecho, en mis abdominales, en mi entrepierna... De repente, una voz me sacó de mi intento de desaparecer del mundo y fundirme con el agua. Un "ya estoy en casa" con una vocecita animadamente infantil y jadeante. Una sonrisa de mis labios.
Cerré el grifo y comencé a enjabonarme mientras escuchaba lo que ocurría fuera del cuarto de baño. Sasuke saludaba a mi madre con efusividad. A mi padre no lo saludó con tanto entusiasmo. Escuché cómo se despedía casi inmediatamente después de las palabras de Sasuke y se iba. Me hervía la sangre nada mas que por aquella actitud. ¿Acaso no tienes dos hijos? ¿es que Sasuke es invisible para ti? El hecho de que siempre estuviese pendiente de mí y se olvidase de mi hermano me mataba por dentro. Sasuke siempre se esforzaba por tener contento a mi padre, pero parecía que nada era suficiente para él...
Una nueva sonrisa en mi cara. Mi hermano preguntaba por su nii-san. Una sensación de bienestar me inundó en un instante al oír la alegría en la voz de Sasuke cuando mi madre le dijo que ya había vuelto pero que no me molestase porque estaba muy cansado. Él asintió animadamente. Me enjuagué y entré en la bañera lentamente, notando el agradable calor del agua en la que me introducía, sin poder quitarme esa vocecita infantil de mi cabeza. Mi hermano podía llegar a muy molesto a veces (todos los hermanos pequeños lo son, habla la experiencia ¬¬U) pero siempre conseguía hacerme sentir bien en el mundo que me había tocado vivir y que cada vez podía soportar menos. Era un instante de paz en mi interior. Esos ojitos negros que me miraban con admiración y envidia. Quería aprender de mí para no ser como yo. Sasuke. Cuando quise darme cuenta, mi mano estaba en mi entrepierna... subiendo y bajando sin parar...
Hasta los genios de 13 años tienen necesidad de masturbarse alguna vez y mi cuerpo necesitaba tanto un momento de relajación absoluta que no me negué aquel gusto desde luego. Empecé a dejar de prestar atención a lo que ocurría fuera del cuarto baño. Me concentré solo en lo que tenía en aquel momento en la mano y en la mente. Presión. Contracciones. Respiraciones entrecortadas. Sasuke. ¿Cómo podía estar pensando en mi hermanito de 7 años mientras me tocaba la polla? Ni yo mismo podía responderme a esa pregunta que me había hecho tantas veces, puesto que, lo más preocupante es que no era la primera vez que lo hacía.
El simple pensamiento de aquella carita inocente excitaba. Su cuerpecito tan blanco y pequeño. Sus ojitos negros entrecerrados preguntándome en silencio "¿qué me haces, nii-san?" El ritmo de mi mano aumentaba. Mis ojos se cerraron por el placer que sentía cada vez más. Su cabello negro tan suave y bonito. Su vocecita de niño llamándome entre gemidos. Nii-san. Nii-san. Mi erección recibía más presión todavía por el frenético movimiento de mi mano. ¿Por qué? me preguntaba imaginando la cabecita de Sasuke hundida entre mis piernas, ¿por qué cada vez que hago esto me viene Sasuke a la cabeza? Su voz en mi cabeza. Nii-san. Nii-san...
- Nii-san, ¿puedo entrar? - abrí los ojos sorprendido y regresé al mundo real al oír la voz de mi hermano pequeño, que asomaba adorablemente la cabeza por la puerta del cuarto de baño.
- Sasuke...
- ¿Me dejas bañarme contigo? - me preguntó inocentemente con una linda carita que hizo que se me endureciera más la erección. Dudé. Pero una idea perversa e inconsciente pasó por mi cabeza...
- ¿Y mamá?
- Ha ido a hablar con una vecina y como sé que va a tardar... quería estar contigo - casi me lo comí por lo kawaii que se veía >///< -... pero tú nunca quieres estar conmigo... u_u
Sonreí sin darme cuenta y le hice un gesto con la mano para que se acercara a mí. Él, con una sonrisa se quitó la ropa, corriendo después hacia donde yo me encontraba (un niño de 7 años no iba a tener pudor ninguno con su hermano) y, haciendo el esfuerzo sobrehumano de no mirar su cuerpecito desnudo, le dí un golpecito en la frente como le hacía habitualmente sin que él lo pudiese esquivar. Se llevó una mano al lugar que le había golpeado y me miró como si estuviese enfadado... pero yo sabía que no lo estaba.
- Lávate antes de entrar en la bañera - le dije con tranquilidad.
- Hai - me sonrió.
Mientras Sasuke se enjabonaba, yo le miraba desde la bañera siguiendo con lo que estaba haciendo (y de lo cual, mi hermanito aún no se había percatado)... solo que ahora tenía el espectáculo en vivo. La blanca piel de Sasuke mojada, al igual que sus cabellos negros me llenaban de deseos de saltar sobre él y hacer realidad mis perversas fantasías. Pero tenía que aguantarme, aquello no estaba bien. Bastante sufrimiento le causaba ya a mi hermano como para provocarle encima un trauma por violación (nee, Itachi aún no se leyó el guión de la serie me parece a mí ^^U). Sin embargo, cuando Sasuke se disponía a entrar al baño conmigo, me miró la entrepierna y preguntó con curiosidad:
- Nii-san, ¿qué te ha pasado en el... ? Se te ha puesto grande y... de pie... - la inocencia de mi hermano me excitaban aún más.
- Eso es normal.
- ¿Normal? ¬¬
- Cuando juegas a algunas cosas, se pone así, es la forma que tiene tu cuerpo de decir que le gusta.
- ¿Un juego? - a Sasuke se le iluminó la mirada y entró al baño enseguida - ¿Cómo es? ¿Yo puedo jugar? - la excitación endurecía más mi miembro ante el interés de Sasuke.
Dudé un momento. No era lo mismo mirarle y pensar en él que enseñarle a masturbar a alguien. Solo tenia 7 años. Y era mi hermano pequeño. Quizás, esas cosas eran las que más morbo me daban de aquello... Mi madre había salido y estaba seguro de que tardaría bastante rato en volver (el marujeo de las madres con las vecinas). Mi padre estaba fuera de misión. Estábamos completamente solos en la casa. Tenía a mi pequeño e inocente Sasuke a mi disposición. Solo tenía que aprovecharme de su inocencia para cumplir mis deseos más ocultos y prohibidos. Un juego. Solo será un juego.
- Si quieres que te enseñe - le dije seriamente - vas a tener que prometerme que no se lo dirás a nadie, ni siquiera a mamá.
- ¿A nadie? - Sasuke estaba extrañado - ¿Por qué?